EL FUTURO DEL APRENDIZAJE

23.10.2012 20:11

 

Cada vez existen más formas de aprender, más contextos desde donde aprender, más personas con las que aprender, ¿pero todo es aprendizaje? Desde nuestra perspectiva crítica el aprendizaje dentro de unos años será todo digitalizado, pero no debería serlo. En una sociedad totalmente informatizada, uno de los peligros existentes es la diferencia entre los que tienen acceso a las nuevas tecnologías y los que no, así como el abismo entre los que saben utilizarlas y los que no.  Estos últimos se convierten en el nuevo sector en riesgo de exclusión social, fenómeno denominado brecha digital.

Por eso el hecho de aprender desde entornos distintos, como es el aula (entorno e-learning) o desde casa (m-learning) sí influye en el diseño de los procesos de aprendizaje, y a esto se le añade los entornos digitales de la persona y su identidad digital.  

En este contexto, la educación presencial debe reformular su misión y apropiar metodologías ya tradicionalmente utilizadas en la educación a distancia para poder guiar más eficazmente a los estudiantes en su proceso de aprender a aprender. Asimismo, la educación a distancia debe analizar y apropiar técnicas de interacción grupal y otras metodologías tradicionalmente utilizadas en la educación presencial, para lograr una mejor interacción y colaboración a través del uso de tecnologías digitales. Se trata, pues, de una mezcla entre lo tradicional y lo nuevo, entre lo presencial y la distancia.

La unión de esfuerzos en este sentido permitirá a los educadores del todo el mundo reunificarse en torno a la educación digital para cumplir los retos de la era del conocimiento, en donde se dará paso a un nuevo modelo.

De ahí la necesidad imperiosa de educar y educarse con visión crítica en el marco de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, en primer lugar para formar al docente y, en segundo, para guiar y/o educar al alumno en ese mundo informático.

 

El futuro del aprendizaje desde nuestra percepción no tendrá nada que ver con el que se utiliza actualmente, será un aprendizaje permanente (está disponible a toda hora y en cualquier momento, no tiene restricciones de tiempo ni espacio) y personalizado (lo que implica cambios de rol en docentes y estudiantes), con un mayor protagonismo de las TIC, el valor de las actuales competencias básicas (aprender a aprender, colaboración, pensamiento crítico) y otras nuevas como la competencia digital, la función formativa de la evaluación y el hacer centros cada vez más flexibles y dinámicos está en nuestro futuro más próximo. Muchas veces, aunque no queramos, la misma sociedad nos va llevando al cambio y sin embargo, la idea que todos tenemos de cambio nos proporciona recelo, temor, pavor. Tenemos miedo a lo que está por venir, a lo desconocido, a lo futuro, y es precisamente por esta razón, por lo que nos aferramos a lo fácil, cómodo o conocido. Cambiar nuestra manera de funcionar es algo complejo pero no por ello debemos dejar de intentarlo. Lo desconocido no siempre significa deficiente y debemos darle una oportunidad. Por ello, es preciso adaptar nuestra mente al futuro pero sin perder de vista lo anterior; para seguir extrayendo cosas muy valiosas e integrarlo a lo nuevo; y para eso es necesario abrir nuestra mente.

 

 

 

“Una visión sin acción no pasa de un sueño. Acción sin visión sólo es un pasatiempo. Pero una visión con acción puede cambiar al mundo”

 Joel Barkers